1996 BIENVENIDO AL PARAÍSO

Sala Muralla Bizantina Junio 1996 Cartagena

PORTADA DEL CATÁLOGO DE LA EXPOSICIÓN


                        

BIENVENIDO AL PARAISO, avisaba el viejo letrero carcomido y mohoso que todavía colgaba del número seis en aquel callejón oscuro y húmedo. Aquel callejón con el que fui a toparme una lluviosa mañana de marzo cuando bajaba la calle, sin un rumbo demasiado determinado ni apetecible. La ardilla que lo ilustraba y animaba a la entrada supo dirigirse a mí con tacto y elocuencia. No sabía muy bien de que se trataba, pero instintivamente recordé que, hace tiempo, ese bajo fue sala de exposiciones; tal vez ese cartel anunciaba la última que se hizo.

Agradecido a la coyuntura por haber puesto en mi mente otros pensamientos, sin duda más interesantes y agradables que los que venía arrastrando desde hacía días, quise aceptar esa invitación centenaria, o quizás no tan lejana.

La puerta entreabierta y cientos de pequeños rayos blancos iluminando perfectos la sala dieron a la escena un toque de precisión, sospechosamente absurda, aunque contundente. Acabé de abrir la puerta y entré, y lo hice, sin duda, en su paraíso: un mundo extraordinario y fantástico y más cercano de lo que supuse a primera vista. Al tiempo que me acercaba a la primera pintura, noté en mi cuerpo una cálida curiosidad sedante y olvidadiza, capaz de llevarme por otros pensamientos, capaz de hacerme volar.

Nada es ni como lo pintan ni como lo miras. No me sorprendieron sus mensajes, pues no eran suyos sino míos; pero nunca hasta entonces me había sido tan fácil sacarlo fuera: esos cuadros me hicieron proyectarme, cada uno de un modo distinto y, al mismo tiempo, todos de golpe, me plasmaron una misma armonía.

Porque una misma visión es diferente según cada mente y, sin embargo, nos creemos nuestros recuerdos fielmente, los paseamos a lo largo de nuestro vida, nos asaltan de improviso, nos seducen; avivan viejos sentimientos, probablemente inciertos; descansan en nuestros sueños y pesadillas, consuelan la vejez y mueren con nosotros, pues, por más que nos hayamos empeñado, jamás pudimos transmitirlos a nadie tal como fueron. Los cuadros no son tan pretenciosos , ni estúpidos, no intentan colmarnos de nada que no sea nuestro; están clavados en sus lienzos silenciosos, y seremos nosotros quienes recordemos sus colores y figuras y la impresión que nos produjeron.

 

Aquella mañana me impactó especialmente, por ser el primero supongo, uno de sus mensajes, de mis recados. Ella me dijo algo así:

La siento. Es perfecta y sublime. Es la vida. Irresponsable, cruel y fantástica. Tan fría y prescindible como el recuerdo de tus besos, mi amor. Me sube. Carga mi tonta y absurda cabeza, como ese whisky barato. La siento en las venas. El corazón me domina. ¿ Conoces algo igual? Es la luna nueva, tan falsa, tan triste, tan sabrosamente gris y patética. ¿O pensabas otra cosa? Tú eres una broma pesada, pero yo seguiré flotando en mi lienzo. ¿Acaso mi mirada es menos real que la tuya? No cariño, nada es verdad.
Soy tan ficticia
e inservible como tú. Tan fuerte, ágil e inteligente como tus sueños. Tan poderosa como tu mente. ¿No lo ves? Todo es mentira, mi niño. Déjate abrazar por mis suaves garras e imagina algo perfecto.

Bienvenido al paraíso, te avisan y te anuncian.

Adéntrate en sus miradas,

pasea a lo largo de sus figuras,

     atraviesa los espacios y las sombras,
     saborea pinceladas, luces y sentimiento.
     Puedes hacer esto y más.
     Puedes sentirte y sentirme.

     Puedes violarlos y dejarlos puros,
     absorber su esencia y no estropearlos,
     arrimarte a ellos desde lo lejano
     y vislumbrar otros cuadros imaginarios.
     Puedes hacer esto y más, 
     escucharlos,

     rendirte a su entusiasmo, calmarlos.
     Acariciar sus desdichas sin limitarlos
     y abordarlos amándolos.

Averigua que todo esto sucede. Hazlo de improviso o, de un modo inconsciente o pasajero o fugaz; a veces vivo, a veces muerto, o inerte o despegado. De pronto necesario, después olvidado.

(Bárbara Meca Acedo)





ELEFANTE
ELEFANTE




BANANERO

BAÑO DE ASIENTO

EL BLUES DEL RINOCERONTE

EL BOSQUE ENCANTADO II

EL BOSQUE ENCANTADO III

EL BOSQUE ENCANTADO I

EL PATRIARCA

EL PRÍNCIPE PERSA

EL PUMA

LA LLAMADA DE LA SELVA

EL REINO DE LO HÚMEDO Y LO CÁLIDO

EL TENOR

ESCUELA DE SIRENAS

JACQUES

LA RECOVERA

LA TIERRA VIRGEN

LAS DAMAS PRIMERO

LOS BÚFALOS

PIERRE

UN OASIS EN LA ESTACIÓN SECA

REUNIÓN DE VECINOS

LA TORTUGA
















No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes darme tu opinión y tu parecer