Nacida en Bélmez, (Córdoba), pero
afincada en las costas de Cartagena (Murcia), se imagina el paraíso a todo
color y con muchos animales.
Su pintura habla de un mundo ideal,
construido a base de ensoñaciones y fantasías, en donde los animales, los niños
y los paisajes son bellos, buenos y atemporales.
Sus cuadros, alegres y seductores,
evocan como un instrumento de mágica perfección verdes selvas, amarillas
sabanas y húmedas junglas.
La
anatomía de leones, tigres, antílopes o monos es real, pero el color, vivo y
atípico, es onírico y totalmente evocador.
Hay,
en definitiva, dos características básicas de su obra:
el paisaje, onírico y misterioso, creado a base de luces, sombras y
calimas de colores cálidos y fuertes;
y el animal, como tótem, desafiante y protector, siempre observador
de nuestro destino, donde procura contrastar su potencial físico con la
inteligencia de su mirada”
(José Luis Herrero, Revista Mujer Hoy)
"La forma en que Acedo pinta sus obras, con esa pincelada corta y laboriosa, en leves capas de pintura superpuestas me recuerda los brocados de las telas de araña y los finísimos trazos de la savia en el envés de una hoja. Trabaja como el castor construyendo su presa y los pájaros su nido"
(Angel Mateo Charris)
Básicamente óleo, aunque también ha realizado serigrafías, litografías e instalaciones. En cualquiera de las técnicas suele crear piezas figurativas con marcado carácter surrealista y metafísico utilizando para ello como tema básico el naturalista, en especial el animalario, creando una atmósfera irreal con elementos totalmente reconocibles por el espectador.
(Arte informando)
Desde que a mediados de los años noventa Ángela Acedo sorprendió con su obra vitalista en la Muralla Bizantina de Cartagena, la pintora ha consolidado una trayectoria profesional con la que se sitúa como una de las artistas más originales y honestas de su generación. Ángela Acedo muestra naturalezas vivas animales en libertad y paraísos soñados.
(Nazarena Balaguer)
No se puede evitar, al contemplar las obras establecer una relación con ese tipo de pintura - de referencias hopperianas- que se centra en la forma, en la nitidez del dibujo y en la disposición del color como definidor de superficies que se articulan para estructurar las composiciones.
Pretende el encuentro personal, sin prejuicios, que libere la mente y genere reflexión sin el estruendo de los datos, que en este caso corresponderían a guiños expresivos"
(Pedro Alberto Cruz)
"Animales y paisajes se muestran como parte de un todo en el que tierra, cielo y vida toman sentido, juegan en un escenario impuesto al que se le puede sacar partido. Ángela Acedo lo ha hecho."
(S. Triguero)
"... simbolismo naturalista que esquiva y trasciende los conceptos clásicos del paisajismo y mero animalario"
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