2003 SINO

Centro Cultural Moncloa Madrid
y Fundación Cajamurcia Cartagena  


                El Medio Ambiente se ha convertido en una de las preocupaciones principales de la sociedad en la que vivimos. Prueba de ello es la importancia que, desde todos los ámbitos, hoy en día venimos prestando a la defensa y a la protección del mismo, porque entendemos éste como un valor a cuidar, como una oportunidad de desarrollo económico, e incluso de innovación tecnológica y de creación de empleo.
         Quiero recordar, una vez más, aquello de que Madrid es una de las capitales más ricas de toda Europa en cuanto a zonas verdes se refiere y añadir que Moncloa-Aravaca es uno de los distritos que mayor concentración presenta en nuestra ciudad. Este hecho nos hace tomar mayor conciencia, si cabe, para que trabajemos día a día, pero también queremos cumplir nuestro compromiso de transmitir y concienciar a los ciudadanos acerca de la importancia que tiene la defensa y la protección de la naturaleza.
         Hoy, somos muchos los que estamos ya convencidos de que la modernidad y el progreso de un territorio se mide también por la calidad de su medio ambiente. Al incluir la muestra SI NO en el programa de la Sala de Exposiciones del Centro Cultural Moncloa, recordamos que, a lo largo de nuestra historia, el arte ha sido siempre un medio de expresión idóneo para manifestar el rechazo a determinadas realidades sociales como a violencia, la injusticia, la intolerancia y la desigualdad o, en este caso, la defensa del medio ambiente.
         Desearíamos que las obras que nos presenta la artista Ángela Acedo nos ayudara a todos a concienciarnos, un poquito más, de la importancia que tiene la defensa de nuestro más preciado patrimonio, la naturaleza.
Ángela Acedo, a través de la visión que nos manifiesta, viene a expresarnos en su obra todo esto.
         Con esta exposición contribuimos, además, a dar a conocer su trayectoria, convirtiendo nuevamente el Centro Cultural Moncloa en plataforma para que un artista contemporáneo presente su obra por vez primera en Madrid.
         Mi agradecimiento a todos aquellos que han colaborado en la realización de éste interesante proyecto de exposición y mis mejores deseos de éxito en la carrera de Ángela.

Ma Dolores Navarro Ruiz
Concejala-Presidenta



Instinto animal

Sé de pocas personas que hubiesen subido con tan evidente entusiasmo al arca de Noe, no por puro afán de supervivencia sino por verse rodeada de todas las variedades animales de la naturaleza, como Ángela Acedo.

Otra podría ser Rosa Bonheur, la considerada mejor pintora de animales de la historia allá en el siglo XIX.

Es curioso que ambas sean mujeres. Como Georgia O' Keefe, desveladora de todos los secretos de la arqueología vegetal, de la sensualidad primitiva y colosal de las flores y las hojas. Fauna y Flora, también mujeres, como la gran Madre Naturaleza. Como la Pintura.

Aunque no me gusten especialmente los discursos sexistas, es curioso la forma en que las palabras asumen un género u otro en el devenir del tiempo. Los animales también asumen un genérico y unido a él toda una cadena de significados.

Ángela Acedo ha interpretado aquí los signos del horóscopo chino, plenos de enigmáticas asociaciones con otras plantas, elementos y colores. Y la sabiduría popular gusta de hablar de otras cosas a través de los animales: paso de tortuga, cerebro de mosquito, instinto de halcón, memoria de elefante ... No es lo mismo llamar a alguien zorro viejo que zorra, buitre que halcón, ni cabra loca que cabrón.

Las fábulas transforman a los animales -pobrecitos ellos- en burdas imitaciones del género humano, cargándolos de todos nuestros defectos, arrogancias y vanidades. Está bien como ejercicio didáctico pero no sé que pensarán ellos. Es otra de las vejaciones que el hombre infringe a la naturaleza, pensando que el género humano está aquí para domarla, controlarla y ser su señor: hay que ser burro, y que me perdonen todos los Plateros del mundo.

Los animales que pinta Ángela Acedo son libres y se mueven en espacios libres, lejos del animal estúpido que camina erguido y se da aires de grandeza. Algunos diríamos que nos parecen humanos, cuando en realidad sería que la pintora nos los presenta como iguales: son reyes y príncipes, mendigos y truhanes, y se muestran divertidos y pendencieros, tristes o melancólicos, como cualquier hijo de vecino.

No estoy seguro si los artistas eligen los temas o es justo al contrario. La forma en que Acedo pinta sus
obras, con esa pincelada corta y laboriosa, en leves capas de pintura superpuestas, me recuerda los bro-
cados de las telas de araña y los finísimos trazos de la savia en el envés de una hoja. Trabaja como el castor construyendo su presa y los pájaros su nido, desde lo pequeño y la acumulación, acotando un pequeño mundo autosuficiente y cálido.

Esta exposición habla del sino como destino y como pareja de opuestos. Pero más que hablar ruge,
brama, silba y ladra, piula, aúlla y ronronea. Podemos interpretarla desde una perspectiva intelectual, pero no creo que sea lo más adecuado. Hablamos de instinto animal y de instinto de artista.

A veces he hablado del pintor como cazador de imágenes: no es el caso de Ángela Acedo. Ella observa,
se maravilla y cierra los ojos fuertemente. Cuando los abre de nuevo, está ante un lienzo en blanco. Ya sólo queda empezar a recordar. Y hay cosas que se recuerdan aunque nunca las hayamos visto.

Como los elefantes, que no faltan a su cita con un lugar en el que nunca estuvieron, el lejano y enigmático cementerio de sus antepasados. Pura cuestión de instinto.

No estoy seguro si los artistas eligen los temas o es justo al contrario. La forma en que Acedo pinta sus obras, con esa pincelada corta y laboriosa, en leves capas de pintura superpuestas, me recuerda los brocados de las telas de araña y los finísimos trazos de la savia en el envés de una hoja. Trabaja como el castor construyendo su presa y los pájaros su nido, desde lo pequeño y la acumulación, acotando un pequeño mundo autosuficiente y cálido.

Esta exposición habla del sino como destino y como pareja de opuestos. Pero más que hablar ruge, brama, silba y ladra, piula, aúlla y ronronea. Podemos interpretarla desde una perspectiva intelectual, pero no creo que sea lo más adecuado. Hablamos de instinto animal y de instinto de artista.

A veces he hablado del pintor como cazador de imágenes: no es el caso de Ángela Acedo. Ella observa, se maravilla y cierra los ojos fuertemente. Cuando los abre de nuevo, está ante un lienzo en blanco. Ya sólo queda empezar a recordar. Y hay cosas que se recuerdan aunque nunca las hayamos visto.

Como los elefantes, que no faltan a su cita con un lugar en el que nunca estuvieron, el lejano y enigmático cementerio de sus antepasados. Pura cuestión de instinto. 
(Ángel Mateo Charris)

MONO
MONO

JABALÍ

LIEBRE

DRAGÓN

PERRO

BÚFALO

CABRA

SERPIENTE

GALLO

RATA

CABALLO

TIGRE

POLARIDAD

VIVO DE TU CALOR

EL FRÍO SE ESCONDE

SINUOSO DESTINO


MI SINO ES AMBÍGUO


HAY FUEGO EN MI INTERIOR
HAY FUEGO EN MI INTERIOR

                                      

SINO MADRID










SINO CARTAGENA




Diario El Faro - Cultura - 6 JUN 2003


Diario El Faro - Cultura - 6 JUN 2003








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